viernes, 3 de junio de 2011


LA IGLESIA CATÓLICA CONVERTIDA COMO ACTOR PARA LA SOLUCIÓN DEL CONFLICTO COLOMBIANO.



En Colombia, la mayoría de los sacerdotes que aceptaron la Teología de la Liberación, no eran partidarios de la violencia para obtener sus objetivos de justicia social. Aunque en numerosas ocasiones se mostraron partidarios de que las armas eran la solución de los problemas sociales. Estos grupos armados consideraban al gobierno como la gran desigualdad del pueblo, y lo que anteriormente hemos dicho, es decir, el uso de las armas, fue la solución que distintas personas creían válido, para lograr una mayor justicia.
Estos grupos de sacerdotes y cristianos se alistaron en las filas de los grupos armados (la guerrilla). El reconocido cura llamado Camilo Torres, fue el precedente que se convirtió en un mito para sacerdotes y seglares, es decir, los que no están relacionados con la religión; algunos de los cuales, decidieron seguir su ejemplo.
El grupo de sacerdotes de Golconda, quiso ir un paso más allá en la Teología de la Liberación, o mejor dicho la Teología de la Liberación supuso un refugio cristiano e ideológico para explicar su apuesta por la lucha armada. En un principio se pretende profundizar en la encíclica Popolurum Progressio del Papa Pablo VI. Acosados por el ejército, algunos de sus participantes entran a formar parte del Frente de Liberación Nacional.
La composición del grupo era de diferente naturaleza y se manifestaron diversas posiciones políticas. Aunque en el grupo participaba el obispo Gerardo Valencia Cano, la dirección real corría por cuenta del sacerdote René García. En poco tiempo varios de sus integrantes llevaron al extremo y acomodaron fácilmente su discurso y algunos (los españoles Domingo Laín Sanz, Manuel Pérez Martínez y José Antonio Jiménez Comín) ingresaron a la guerrilla del ELN.

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